A 100 Grados
La visita
De los dos días que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador por Quintana Roo me quedo con un mal sabor de boca en dos temas: inseguridad y sargazo.
Como dijo en la “mañanera” de hoy el Presidente, a él le gusta polemizar, sin embargo, una cosa es polemizar y otra es no reconocer ni entender que su verdad está alejada de la realidad.
En materia de inseguridad, nadie se cree que esta se haya reducido en un 52 por ciento como afirma el gobernador Carlos Joaquín.
En lo que va del año llevamos más de 300 ejecuciones, y si esa es la tendencia tendremos al menos al finalizar 2019 600 ejecutados, cifra similar a la de 2017, pues en 2018 rompimos todos los récords en este tema con más de 900 homicidios.
Conforme al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la incidencia delictiva que se reporta oficialmente por la Federación, se refiere a la presunta ocurrencia de delitos registrados en averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación, reportadas por las Procuradurías de Justicia y Fiscalías Generales de las entidades federativas en el caso del fuero común y por la Procuraduría General de la República en el fuero federal.
De acuerdo a estas cifras proporcionados, como señala el Secretariado Ejecutivo, de enero a mayo de 2019, en Quintana Roo se han registrado 18,716 incidentes delictivos. Esta cifra coloca al Estado en la posición número 16 en la incidencia delictiva a nivel nacional.
De acuerdo a esas mismas cifras oficiales, en Quintan Roo se registraron 627 homicidios, de ellos, 272 fueron dolosos; de estos homicidios dolosos, 173 fueron con armas de fuego, o sea, ejecuciones. Insisto, de acuerdo a las cifras oficiales.
Sin embargo, vale la pena señalar que en las cifras extraoficiales, las que se manejan al día a día, sólo en Playa del Carmen ha habido 100 ejecuciones, 12 de las cuales bajo el Mando Único y, en Cancún la cifra ya alcanza los 200 homicidios con arma de fuego, y no estamos contando las que han ocurrido en otras ciudades y municipios.
Son estas frías estadísticas las que no me dejan un buen sabor de boca tras la insistencia del Presidente en la reducción de los índices delictivos.
En cuanto al tema del sargazo, López Obrador defendió a ultranza que no es un problema grave.
La perspectiva local, es que sí lo es, y esta basada en las cifras de ocupación hotelera y de ventas en los negocios en los centros turísticos.
Y si bien es un tema que ya se esta atendiendo por el Gobierno Federal esto no quiere decir que esté solucionado, por el contrario, se requiere más estrategias, mas esfuerzo, más trabajo para que Quintana Roo rescate y recupere a los miles de turistas que deciden vacacionar en otros destinos que no tienen este problema
Quizá la opinión del Presidente se deba a que no se ha dado una vuelta por las playas para constatar de primera mano la dimensión real del problema, pues insisto, o alguien le está informando mal o tiene desconocimiento de la realidad que se vive en lo local.
Los temas restantes son una cacofonía de las políticas que ha puesto en marcha, en lo que, evidentemente es un populismo remarcado; sin embargo, en contraparte, antes todo ese dinero que hoy López Obrador ha decidido poner en manos de los que menos tienen, se quedaba en los bolsillos de corruptos que saqueaban al país.
En síntesis, la visita de López Obrador si bien reafirmó su popularidad en sus seguidores, para muchos, no fue lo que se esperaba. Hubieron muchos temas que se quedaron al aire, que no se trataron y que, ojalá en las próximas visitas los ponga sobre la mesa.
Chetumal, Q. Roo. 24 junio 2019